viernes, 16 de diciembre de 2011

Relieves: origen y modelado (incluye teoría de placas tectonicas)


Transformación del relieve

Formas de relieve

La superficie terrestre no es lisa; presenta diferencias de altura y aspecto (vería­mos distintos paisajes y distintos relieves: llanuras, montañas, mesetas, valles, sie­rras, desiertos); son las distintas formas de relieve que han ido surgiendo como conse­cuencia de una serie de procesos geológicos.
Esos procesos pueden ser endógenos (interiores), es decir creadores de re­lieve, generalmente de larga duración; y exógenos (exteriores), o sea destruc­tores o modeladores del relieve.
Las formas de relieve son: sumergidas, cuando están por debajo del nivel del mar, y emergidas, cuando se hallan por sobre el nivel del mar.

Movimientos epirogénicos

Los bloques continentales ascienden o descienden lentamente en forma continua buscando un equilibrio. Estos movimientos de larga duración son los llaman epirogénicos.
Cuando el bloque continental se hunde, el mar avanza (ingresion) haciendo que la costa retroceda; entonces se depositan sedimentos marinos sobre los continentes.
Cuando se levanta la masa continental transgresión, el mar se retira. Esto sucede, por ejemplo, en la Patagonia.

Misteriosa astenosfera
La astenosfera es una capa de la Tierra cuyo material puede fluir como si fuera liquido, permitiendo el movimiento de placas y originando un "gran rompecabezas mundial". Por diferencias térmicas se producen en la astenosfera corrientes convectivas, las cuales determinan el material caliente ascienda (formando las dorsales oceánicas) y el frío descienda (coincide con las áreas de subducción), con un previo deslizamiento horizontal de esos materiales.
Ese rompecabezas mundial está formado por seis placas mayores (rígidas) y otras menores. Las hay continentales y oceánicas, con un movimiento de 3 a 10 cm anuales. El límite de estas placas está constituido por las actuales zonas sísmicas y volcánicas.
(VER ANEXO 2)

La tectónica de placas
Hace una década surgió la teoría de la tectónica de placas. Según esta, la litosfera, es decir, la capa más exterior de la Tierra, se encuentra fragmentada en trozos relativamente grandes de pocos kilómetros de espesor, denominados placas, que se ajustan entre sí como piezas de un rompecabezas. Las placas pueden ser continentales u oceánicas.
Estas placas, como consecuencia de las fuerzas internas de la Tierra, se mueven unas respecto a las otras de manera independiente unos pocos centímetros al año. Demasiado lento para notarlo, aunque este movimiento sea constante. Este desplazamiento provoca, en ocasiones, que las placas choquen entre sí.
   Si las fuerzas de choque actúan sobre materiales plásticos (rocas blandas), la superficie de la Tierra se ondula y se originan pliegues.
   Si las fuerzas actúan sobre materiales rígidos (rocas duras), la corteza se fractura en bloques y se forman fallas. Los pliegues de mayor tamaño y los bloques fallados más elevados pueden originar montañas.
El desplazamiento de placas también causa los terremotos y los volcanes, en las zonas de contacto. Es decir, que los movimientos de las placas tectónicas son los responsables de la creación del relieve terrestre.

Movimiento por rozamiento: Una placa se puede mover de lado con respecto a otra, como en California. El roce continuo produce temblores de tierra.

Movimiento por divergencia (separacion)En las zonas de expansión asciende a la superficie el magma fundido y luego se enfría; este material constituye las llamadas dorsales oceánicas. Quedan así determinados todos los elementos que se forman como consecuencia del movi­miento de placas.
 Las placas pueden separarse y romperse. Es lo que sucede en Islandia y en la dorsal atlantica.



Movimiento por choque (Subduccion): En las llamadas zonas de subducción una placa se desliza bajo otra, ambas chocan y dan origen a las montañas. El fondo oceánico es empujado hacia aba­jo y se forma así una profunda fosa oceánica. Estos movimientos causan terremotos o sismos, mientras que la fusión de la roca en las profundidades ori­gina el magma, que asciende y forma volcanes. 
Una placa se introduce debajo de otra. Es el caso de los Andes.

Movimiento por Choque (Frontal): Las placas también pueden chocar y levantarse simultáneamente. Es el caso del Himalaya







Márgenes convergentes

Son áreas de actividad volcánica y sísmica, como a lo Largo de las Rocallosas, de los Andes y de todo el Círculo de Fuego del Pacifico, formado por las zonas de subducción del borde del Pacífico. En ellas, las placas se mueven convergentemente y la placa oceánica subduce o se "mete" debajo de la continental. A medida que subduce y va penetrando, produce terremotos. En cambio, cuando la placa se convierte en magma, busca salir por los volcanes existentes o, de lo contrario forma nuevos volcanes. Cuando la lava se eleva hacia la superficie, pero por debajo del mivel del mar, se forman cadenas de islas volcánicas alejadas de los continentes o arcos insulares como las Antillas.

Sismo o terremoto

El sismo o terremoto es un movimiento vibratorio que se origina en zonas in­ternas de la Tierra.
El origen de terremotos principalmente es el fracturamiento de las rocas como consecuencia de una gradua1acumulacion de tensiones, originadas por los procesos geológicos.   
Las ro­cas poseen cierta elasticidad, pero sometidas a fuerzas de contrafase del movimiento de las placas debido a la acumulación de presiones. Cuando éstas, resultan demasiado fuertes, se produce la ruptura de las rocas y la tensión queda liberada. El punto en el que se origina la ruptura se llama foco y el punto de la superficie terrestre situado directamente encima del foco, epicentro. La energía liberada se propaga en ondas que hacen oscilar el suelo. Son esas ondas sísmicas las que captan y registran los sismógrafos, instrumentos gracías a los cuales los científicos pueden determinar exactamente el epicentro de un sismo y medir su magnitud.                                   

Tsunamis: A los terre­motos originados en los fondos oceánicos se los denomina maremotos. Forman olas gigantescas que se desplazan a gran­des velocidades(en zonas profundas 800km/hs y en zonas costeras lo hacen más lentamente) y logran alcanzar hasta 30 m de altura. Estas olas se denominan tsunamis y son frecuentes en el Pacífico, debido a las grandes zonas de subducción presentes en él.

Vulcanismo

El vulcanismo ha desempeñado y desempeña un papel importante en la histo­ria de la Tierra, pues sin él no habría creación de nueva corteza oceánica, ni des­plazamiento de placas, ni formación de nuevas montañas.
Los volcanes reflejan de un modo muy exacto los bordes de las placas tectónicas, pues un volcán no es sino una consecuencia de la expansión de los fondos oceá­nicos.
El material de la astenosfera (una de las capas internas de la Tierra) en estado plástico y a grandes presiones, tiende a ascender a través de fisuras o grietas de la corteza terrestre en busca de menor presión. Así, el volcán se forma con los materiales que surgen del interior del planeta, en el transcurso de, millones de años.

Distribución geográfica de los volcanes
Los volcanes no se distribuyen al azar; se agrupan en zonas o regiones donde se hallan montañas nuevas (generalmente los bordes de las placas).
Las principales zonas volcánicas son las siguientes:
• Cinturón de fuego del Pacífico: abarca desde Alaska por la costa americana del Pacífico hasta Tierra del Fuego, Antártida, Nueva Zelanda, Mela­nesia, Filipinas, Japón.
Zona Alpina: abarca gran parte del Mediterráneo.
África Oriental: se extiende a lo largo de la Gran Falla Africana.
Volcanes oceánicos: se hallan diseminados en los fondos de los océanos y forman islas:
1-EN EL ATLÁNTICO: corresponden a la Dor­sal Atlántica y se forman Islandia, Azores, Ca­narias y Sandwich.
2-EN EL PACÍFICO: islas de Hawai, Pascua, Ga­lápagos y Juan Fernández
3-EN EL ÍNDICO: Príncipe Edward, New Amsterdam y Reunión.


Procesos de modelado del relieve

Las formas del relieve no son solo la consecuencia de la acción de las fuerzas internas de la Tierra. El relieve se transforma debido a la acción de una serie de agentes externos que modelan la superficie terrestre mediante procesos físicos, químicos y biológicos, que pueden durar desde un instante hasta millones de años. Los principales agentes externos que transforman el relieve terrestre son el agua, el aire y los seres vivos.
La transformación del relieve se produce en tres fases: erosión, transporte y sedimentación.
•   La erosión es el conjunto de procesos de desintegración física (Es la rotura permanente de la roca. Causas: el clima: en zonas áridas las diferencias de tem­peratura entre el día y la noche dilatan y con­traen las rocas, agrietándolas y destruyéndolas. En las altas montañas o zonas de clima muy frío, el agua que se infiltra en las ranuras, se conge­la, aumenta su volumen y resquebraja la roca. A ello se le suma las raíces de los vegetales efectúan también el mismo proceso) y descomposición química de los materiales de la superficie terrestre (Puede producirse de dos formas, por oxidación: el agua produce la alteración de un componente mineral como sucede por ejem­plo con la oxidación del hierro en la meseta mi­sionera, lo que da al suelo ese color rojizo tan característico. O por disolución: cuando el agua de lluvia o de deshielo se infiltra en terrenos calcáreos, los di­suelve hasta formar grutas o galerías). Es decir, la erosión supone el desgaste, la fragmentación o la disolución de las rocas,
•   El transporte es el arrastre de los materiales arrancados por la erosión, ya sean arrastrados por los glaciares y las corrientes de los ríos, o por los seres vivos, o bien suspendidos en el aire y en las aguas del mar.
•   La sedimentación es el proceso de acumulación en una zona de depósito de los materiales después de haber sido erosionados y transportados.
Los agentes externos participan en las tres fases de modelado. Por ejemplo, el viento puede desgastar la roca, transportar polvo y acumular arena.

EROSIÓN

Es el proceso de desgaste de las rocas de la corteza
te­rrestre. Es dinámico, pues consta de tres fases:

desgaste - transporte – acumulación

Existen distintos agentes de erosión que son los
ele­mentos encargados de modelar el relieve:


VIENTO
MAR
RÍOS
HIELOS
LLUVIA
SERES VIVOS
(erosión eólica)     
(abrasión marina)    
(erosión fluvial)    
(erosión glaciar)
(erosión pluvial)    
(erosión biótica)

Erosión eólica

Su nombre proviene de Eolo, dios del viento en la mitología griega. El viento actúa modelando el relieve sólo en zonas áridas donde las rocas no se hallan pro­tegidas por la vegetación y ya han sido desintegradas por acción de la meteorización mecánica. El viento realiza tres acciones: transporta partícu­las que al chocar con las rocas las pulen y desgas­tan formando, a veces, verdaderas esculturas que la imaginación del hombre identifica con objetos, per­sonas o animales. Tal es el caso del Valle de la Lu­na, en Ischigualasto (San Juan).
El viento acumula materiales donde halla obstácu­los. A veces deposita todo ese material formando dunas o médanos, tan comunes en los desiertos are­nosos o en las playas.
Para fijar los suelos arenosos y evitar que los méda­nos se muevan, se realizan plantaciones de pinos o de otras especies como se ha hecho en la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires: Pinamar. Villa Gesell y otras localidades.

Erosión pluvial

Durante las lluvias, el agua no se infiltra en el suelo, sino que corre sobre la su­perficie, erosionándola progresivamente por el arrastre de sus sedimentos.
En zonas áridas y semiáridas, donde las lluvias son escasas, éstas erosionan mu­cho más que en zonas húmedas donde los suelos están protegidos por la vege­tación.

Abrasión marina

Las olas modifican permanentemente las costas, pues llegan a ellas con mucha fuerza, arrastrando arena y canto rodado; cuando la ola pierde fuerza, regresa al mar llevando consigo esos sedimentos. Así se forman las playas.
La acción del mar es constructiva y destructiva al mismo tiempo. Si la costa es alta y sus sedimentos son fáciles de erosionar, el agua del mar produce derrum­bes de la parte superior, como sucede, por ejemplo, en los acantilados al sur de Mar del Plata, en Chapadmalal y en la costa patagónica.
Si las rocas costeras tienen carbonato de calcio, se forman cuevas como puede verse en Quequén y Necochea. Si las rocas de la costa son resistentes, forman puntas o cabos.                             

Erosión fluvial

Las aguas de lluvia o las aguas de deshielo forman ríos que arrastran los materia­les sueltos que encuentran a su paso. Así un río:
Desgasta las rocas en su curso superior y medio, formando valles, cañadas o quebradas. Dos ejemplos muy claros a este respecto son el cañadón del Atuel (provincia de Mendoza) y la quebrada de Humahuaca (provincia de Jujuy).
• Transporta todos esos sedimentos disueltos en el agua.
• Deposita los sedimentos en su curso inferior, formando, en zonas de poca pen­diente, islas, flechas de arena. Podemos mencionar, por ejemplo: Delta del Pa­raná y la Flecha de Arena en la desembocadura del río Negro.

Erosión glaciaria

Sólo actúa en zonas polares o de alta montaña. Un glaciar se forma por la acu­mulación de nieve en sucesivas nevadas. Por su propio peso, la nieve se convier­te en hielo cuya masa se desplaza siguiendo la pendiente del terreno.
Así el glaciar avanza como un poderoso agente erosivo: arrastra las rocas que se encuentran a su paso, desgasta el terreno y ahonda valles.
Cuando, por una razón u otra, un glaciar se retira, el paisaje queda transforma­do:
• Deja valles más profundos en forma de U.
•  En las depresiones formadas por el peso del glaciar se acumula el agua, y así se forman lagos glaciarios.
• En las costas marinas forma golfos angostos, profundos y en forma de V, lla­mados fiordos. Este tipo de costa resulta excelente para la instalación de puer­tos.
• Desgasta, el terreno para formar las llamadas llanuras glaciarias.
• Acumula sedimentos en forma de colinas denominadas morenas.
En la actualidad los hielos se extienden sobre la Antártida, Groenlandia y algunas áreas montañosas muy elevadas. Ocupan en total el 10% de la superficie terres­tre.

Erosión biótica

Esta erosión comprende la acción de los vegetales, de los animales y del hom­bre, quien, desde que es miembro de la naturaleza, adquirió capacidad para trans­formarla.
Los vegetales pueden destruir las rocas con sus raíces, pero también pueden proteger el suelo: las raíces forman una red que conserva porosa la tierra y la. protege de la erosión de la lluvia y del viento.
Los animales también contribuyen a la erosión biótica, pues pueden arrancar el pasto de raíz, favoreciendo así la erosión del suelo, como los roedores, al remo­ver la tierra, los castores, al desviar el curso de los ríos, y las hormigas y los gu­sanos, al airear el suelo.
Pero el hombre es el gran modificador de la superficie terrestre: crea áreas de cultivo, aumenta el espacio para la construcción de viviendas, desvía cursos de ríos, forma lagos artificiales, desmorona cerros, traza caminos, explota mine­rales y aguas subterráneas, etc. Su acción transforma paisajes naturales en pai­sajes artificiales, por necesidad, ante la presión que ejerce el crecimiento cada vez mayor de la población urbana y, en consecuencia, la evolución de la industriali­zación.
La deforestación (tala indiscriminada de árboles) ha sido y es el mayor perjui­cio provocado por el hombre en el paisaje sea por buscar más espacios habita­bles o por consumir más madera. De esta forma, altera el equilibrio ecológi­co de la región, ya que el ciclo del agua se ve afectado y, en consecuencia, au­menta la erosión del suelo.
La construcción de diques o represas rompe con el equilibrio del río y zonas aledañas. Si bien podemos utilizar el agua de un río para riego, esto provoca un aumento en la salinidad del agua de mar, ya que al mar llega menos agua dulce. La presa de Asuán construida sobre el río Nilo (Egipto), permitió el riego en una amplia zona, pero influyó negativamente porque se acumuló lodo (mezcla de tie­rra y agua), que provocó mayor salinización y tierras menos fértiles.
En nuestro país la región patagónica, se está convirtiendo en un desierto. Allí, la vegetación natural alimen­tó a más ganado que el que correspondía y la población rural necesitó cortar mu­cha leña, provocando con ello la eliminación del manto vegetal del lugar. El suelo se transformó fácilmente en suelo árido porque quedó muy expuesto a la erosión de las lluvias, del hielo y del viento.

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